lunes, 26 de diciembre de 2016

Diciembre de 1914

La Tregua de Navidad

Segunda Parte (II)

No todo fue fraternización.

Desconfianza…

Los mandos de cada uno de los ejércitos enfrentados previenen a sus hombres acerca de que el enemigo podría aprovechar el clima especial que en los espírirus de los soldados provocaba la Navidad para llevar a cabo algunas incursiones.


Así, el Alto Mando británico advirtió a sus unidades: “Es muy posible que el enemigo esté preparando un ataque durante Navidad o Año Nuevo. Durante tal periodo se mantendrá una vigilancia especial”. De todos modos, cuando esta advertencia llegó al frente la Tregua ya había comenzado a exteriorizarse.

Del lado alemán hubo análogas prevenciones: Un soldado  recuerda que su jefe de compañía advirtió a sus hombres que en ese día y en los que siguieran debían “estar especialmente alertas, porque se esperaba que tal vez los ingleses aprovecharían el buen espíritu navideño para llevar a cabo un ataque”.

Sobre en todo en los primeros momentos en que comenzaron a exteriorizarse los actos que desembocarían abiertamente en la Tregua, hubo mucha desconfianza sobre la verdadera finalidad de los mismos.

Un capitán inglés, al ordenar que se doblaran los centinelas en su sector: “Espero que los alemanes no estén maquinando algún plan diabólico”.

Un soldado inglés observa a un alemán que se acerca con una bandera blanca: “Habiendo llegado a mitad de camino de nuestras líneas, súbitamente se detuvo y esperó. Uno de nuestros hombres fue hacia él y lo trajo a nuestras líneas. Lamentablemente, no se le vendaron los ojos, y en consecuencia fue hecho prisionero. Protestó y se mostró terriblemente disgustado, pero había visto nuestras posiciones y no se le podía permitir volver”.

El soldado Percy Jones anota: “Las primeras de las cosas inusuales que notamos fueron tres grandes hogueras más allá de las líneas enemigas. Se trataba de una zona donde por lo general sería insensato encender un fósforo…Luego, aparecieron luces en las trincheras mismas. Creíamos que el enemigo se preparaba para lanzar un gran ataque, por lo que preparamos nuestros fusiles y munición y dispusimos todo para entrar en acción rápidamente. Pero entonces una voz en alemán gritó ‘No disparen’… todo estaba muy bien, pero habíamos oído demasiadas historias sobre la perfidia alemana y nos mantuvimos muy vigilantes”.

Naturalmente, la propaganda de ambos bandos tendía a mostrar hechos aberrantes y propósitos aviesos en la conducta del adversario. En un despacho del Daily News del 30 de diciembre, un oficial inglés dice con respecto a los alemanes con quienes había tratado durante la Tregua: “…eran tipos extremadamente bien educados, sajones, inteligentes, hombres de aspecto respetable. Tuve una conversación muy interesante con tres o cuatro de ellos, de quienes anoté sus nombres y direcciones… Luego de nuestra charla pensé seriamente que muchos de los informes de nuestros periódicos eran terriblemente exagerados”, aunque acto seguido aclara: “Por cierto, se trataba de sajones y no de prusianos”. 

Más adelante, cuando analicemos las posibles motivaciones de quienes participaron en la Tregua, veremos que hay quienes piensan que ella fue posible debido a que las tropas alemanas que participaron eran predominantemente de origen sajón y bávaro, en tanto los prusianos gozaban de una bien ganada fama de estricta y rígida disciplina, que les habrían impedido tales fraternizaciones. Veremos también, como esta opinión ha sido sólidamente refutada…

Sentimientos encontrados…

Un teniente de artillería inglés: “Había dos conjuntos de trincheras separadas por apenas unas yardas y había soldados, británicos y alemanes, cavando o reparándolas, sin que hubiera disparo alguno entre ellos…. [Sin embargo] uno  esos días, en el bosque de Ploegsteert,  un fusilero de Dublin fue muerto por un disparo… inmediatamente los sajones se disculparon, diciendo que no  tenían nada que ver, y que los culpables eran los prusianos hijos de tal por cual que se encontraban a su derecha… “.

El mismo teniente: “… cuando finalmente se ordenó a su batería abrir fuego sobre una granja, sabía que allí se reunían los alemanes para tomar café. Era un blanco al que normalmente un artillero no hesitaría en batir, pero envió un aviso a través de los Fusileros de Dublin, que se encontraban en la primera línea, para asegurarse de que los alemanes no estuvieran en la granja cuando los cañones comenzaran a disparar”.

Bruce Bairnsfather, famoso humorista y dibujante inglés, por entonces teniente:  “Era la primera vez que los veía de cerca. Allí estaban, los reales soldados del ejército alemán. No había un asomo de odio en cualquiera de los bandos ese día. Pero, de nuestro lado, ni por un momento había decrecido la voluntad de luchar contra ellos y batirlos. Era como el intervalo entre los rounds de una amistosa pelea de box”.

Reconocimiento e inteligencia…

Hubo quienes aprovecharon el momento para realizar tareas de inteligencia. Un oficial de los Guardias Escoceses: “Los alemanes me tomaron por un cabo, algo que no me desanimó, ya que tenía el propósito de acercarme a sus líneas tanto como fuera posible… los seguí hasta sus alambradas, pudiendo mirar los alrededores todo el tiempo y recogiendo información aquí y allá, lo cual no habría tenido oportunidad de hacer bajo el fuego. Fui directamente al Cuartel General para informar”.

“La fraternización también permitía la observación. Los alemanes aprendieron mucho de las trincheras inglesas, cómo estaban 'trazadas en una triple hilera una detrás de la otra', y notaron la debilidad del tramado de sus alambradas. Las impresiones positivas que los bávaros se habían formado acerca de los ingleses quedaron confirmadas… También quedaron impresionados por la calidad y abundancia de su comida, particularmente la carne enlatada… Pero sobre todo envidiaban el equipamiento y la ropa abrigada de los ingleses…”.

El diario de campaña de un regimiento inglés de infantería: “…transcurría una tregua informal… aprovechándose la oportunidad para realizar muchos trabajos a campo abierto y tender alambradas”.

Rechazo y violencia.

Hubo algunos episodios que muestran que no todos estaban dispuestos a participar de la tregua. A veces la abstención fue más allá, y se reaccionó con violencia…

El mayor Jeffreys, segundo comandante de un batallón, anota en su diario el 25 de diciembre: “Al amanecer unos pocos alemanes asomaron sus cabezas gritando ‘¡feliz Navidad! Nuestros hombres, después de lo ayer [habían ocurrido fuertes combates], no tenían el mismo sentimiento, y les dispararon. Entonces respondieron al fuego y siguió un contrapunto de francotiradores durante todo el día”.

Un soldado inglés, del I Cuerpo, al alba del día de Navidad:  “La noche transcurría en completo silencio, excepto por algún disparo ocasional de un centinela nervioso. Hacia medianoche pareció que en las trincheras enemigas había movimiento, poco después alzaron por sobre el parapeto una lámpara china  y escuchamos gritos: ‘zum wohl’ (¡salud!). Inmediatamente se nos ordenó abrir fuego y lo que indudablemente era un gesto amistoso fue rechazado brutalmente”.

Dice Billy Congreve, teniente condecorado con la Victoria Cross, muerto en el Somme con el grado de mayor, en la escalofriante entrada de su diario del 25 de diciembre: “Se habían emitido órdenes estrictas a nuestros soldados para que de ningún modo permitieran una “tregua”, como la que podría estar preparándose. Los alemanes trataron de hacerla. Vinieron hacia nosotros cantando, pero abrimos rápidamente el fuego contra ellos… es la única clase de tregua que merecen”.

Un soldado inglés, el 28 de diciembre: “Hacia las 9:30 am sonó un disparo desde la jefatura de nuestra compañía y cayó un alemán. Eso recomenzó la guerra…¡Fue una magnífica hazaña disparar contra un hombre que estaba en su trinchera, desarmado y fumando, un hombre que había confiado en nosotros!… No nos gustó la idea de ser los primeros en quebrar nuestro mutuo acuerdo. ¡El honor del ejército británico estaba en juego y lo perdimos!

            Desconocimiento.

Ya hemos referido que hubo sectores del frente ocupados por tropas de la Fuerza Expedicionaria Británica que no participaron en la Tregua. En tales sectores no se registraron actos de tal naturaleza ni ningún tipo de comunicación amistosa. “En el limitado, tanto en lo geográfico como en lo comunicacional, mundo de las trincheras, era posible ignorar completamente sobre lo que estaba ocurriendo en la próxima brigada y aun en el batallón más cercano” (BROWN-SEATON).  Por ello, para los ocupantes de aquellos sectores la Tregua pasó desapercibida y se enteraron de la misma mucho más tarde (o nunca), por lo que fueron numerosos los veteranos que sólo vieron en ella una “ficción romántica”.

El capitán J.L. Jack refería en su diario, el 13 de enero de 1915, que acababa de enterarse de unas historias extraordinarias acerca de una tregua no oficial con el enemigo. Ello, pese a que su batallón formaba parte de una brigada cuyas restantes unidades tomaron parte en la Tregua. Y continuaba: “No hubo tregua en el frente de mi batallón”, cerrando la entrada de ese día amargamente: “Así pasó la primera Navidad de la guerra, lejos del original “Paz y Buena Voluntad para todos los hombres… o el verdadero mensaje es “no he venido a traer la paz, sino la espada”.

            Hitler y la Tregua.

Sólo existe un testimonio acerca de la actitud asumida por Adolfo Hitler con relación a la Tregua de Navidad. Por ese entones, formaba parte del Regimiento 16 de Infantería de Reserva, el “Regimiento List”. En 1940, un antiguo camarada,Heinrich Lugauer, recordó que Hitler “era un obstinado oponente a la fraternización con los ingleses de la que tanto se hablaba en la Navidad de 1914. [Lo consideraba] un asunto que en época de guerra no debiera ni mencionarse”

Se ha dicho también que “es inconcebible” que Hitler, con la “actitud reverente que observó hacia sus oficiales durante toda la guerra”, no haya compartido con los miembros del Cuartel General del regimiento, a quienes trataba en forma directa por su condición de mensajero, el rechazo de estos hacia toda forma de fraternización. Como lo veremos más adelante al tratar de las posibles motivaciones de la Tregua, llama la atención que, pese a tal rechazo por parte de la oficialidad y el espíritu altamente combativo mostrado hasta el momento por el Regimiento List, por lo menos la mitad de sus miembros participó en la Tregua (WEBER).

En el próximo post (última parte):


¿Fue un suceso aislado o, por el contrario, generalizado en el Frente Occidental?

¿ Cuál fue la motivación de quienes participaron en laTregua?

¿Cuál fue la actitud de los mandos superiores de los contendientes frente a la Tregua?

 ¿Se adoptaron medidas disciplinarias o de algún otro tipo relacionadas con la misma?

¿La Tregua se extendió más allá de la Navidad?

¿Durante el transcurso de la Primera Guerra Mundial existieron hechos similares?

© 2016 Rubén A. Barreiro

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