martes, 3 de octubre de 2017

Esto se dijo…

“¡No blasfemen muchachos, no blasfemen, y dispárenles!”, Reverendo George Smith durante la batalla de Rorke’s Drift (1879).

“Alabad al Señor y pasad las municiones”, Reverendo Howell Maurice Forgy durante el ataque japonés a Pearl Harbour (1941).

La presencia de capellanes en las filas militares es de larga data. Algunos autores la hacen remontar a mil seiscientos años, enlazándola con la emocionante historia de San Martín de Tours, soldado él mismo, cuando divide en dos su capa (cappella) para socorrer a un mendigo acosado por el frío. Conservada como reliquia (cappa Sancti Martini), era llevada por los reyes merovingios en la batalla, y custodiada por un fraile (cappellanu) quien además de tal misión atendía las necesidades espirituales del monarca. Con el tiempo, los religiosos que acompañaban a los ejércitos se denominaron cappellani, y entre nosotros, capellanes (Bergen).