Recordando
la batalla del Somme (III)
Hacia La
Boisselle y el cráter de Lochnagar.
Vamos
dejando detrás nuestro a la hermosa ciudad de Albert, con sus jardines, el
apacible Ancre que los recorre y el
enorme mural que recuerda el episodio de la estatua dorada de la Virgen
suspendida en la torre y que finalmente caería en medio de un bombardeo. Pronto
reaparece, radiante, la campiña ondulada con sus sembradíos.
Un mural recuerda a la estatua de la Virgen suspendida de la torre. Detrás, se ve una réplica (la original se perdió después de su caída) que nuevamente corona la torre. |
Llegamos a
La Boisselle, una pequeña población, y siguiendo los anuncios que señalan hacia
“la Grande Mine”, por un camino que se adentra en la campiña, llegamos al “cráter
de Lochnagar”.
La guerra
de minas fue uno de las tantos recursos con los que los beligerantes trataron de
quebrar la situación del Frente Occidental, que se venía prolongando sin
variantes desde los últimos meses de 1914. Hasta junio de 1916 se calcula que a
lo largo de todo el frente los alemanes habían hecho estallar 126 minas y los
británicos 101. En la preparación de la batalla del Somme, los británicos
instalaron 17 minas que hicieron estallar a las 7:28 horas del 1°de julio, es decir dos
minutos antes de la hora fijada para el comienzo del ataque (sólo una de ellas
fue activada a las 7:20). Las dos más grandes fueron emplazadas al sur y al norte de La Boiselle.
La mina de
Lochnagar, ante cuyo cráter nos hallamos, tenía una carga de sesenta mil libras
(27.216 kg, ¡27 toneladas!) de amonal. Para llegar al lugar, en diciembre de 1915 una compañía
de tuneleros del Cuerpo de Ingenieros británico, había comenzado a cavar un
túnel de más de trescientos metros de largo y la carga, dispuesta en dos
lugares de la excavación, se colocó entre 16 y 18 de metros por debajo de la
superficie (por separado ampliaremos lo relativo a diversos aspectos relacionados con el papel del minado en esta primera jornada de la batalla del Somme).
Explosión de una de las 17 minas británicas con que se abrió la batalla del Somme, en Beaumont Hamel. No existen registros gráficos sobre la de Lochnagar. |
Ahora, con
asombro, contemplamos el gigantesco cráter que dejó la explosión. Más de noventa
años después, las dimensiones originales: 90 metros de diámetro y más de 21 de
profundidad, permanecen casi inalteradas.
Hacemos un
recorrido circular para rodear por completo el cráter. Hay muchos visitantes,
gran parte de ellos son adolescentes que han llegado en dos buses. Cuentan que son
estudiantes de una escuela secundaria cercana a Canterbury y que estos viajes
se hacen regularmente en esta época de vacaciones y próxima a un nuevo
aniversario del comienzo de la batalla.
El cráter tal como se encontraba durante nuestra visita, en 2009 |
La cruz que señala el lugar donde fueron hallados los restos de George Nuggent y un detalle de la placa. |
Al ir dejando este lugar
tan especial, la infaltable “tienda de recuerdos” muestra despojos de la
batalla que han sido encontrados en los campos de los alrededores. Llega en ese
momento un pequeño y desvencijado camión
y sus dos ocupantes, con inconfundible ropaje campesino, bajan una caja de la
que asoman algunos hierros oxidados... la batalla continúa entregando despojos para que no la olvidemos.
© Rubén A. Barreiro 2016
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