Dicen los historiadores…
LAS REVOLUCIONES MILITARES DE LA
GUERRA DE LOS
CIEN AÑOS
Clifford
F. Rogers
“The
Military Revolution Debate”, Editor Clifford J. Rogers, Westview Press, Boulder,Colorado ,
1995. Capítulo
3
Al comentar la que denomina “revolución
de la infantería”, Clifford Rogers afirma que el éxito de la infantería que
comenzó a ponerse de manifiesto en Europa Occidental se fundó en diversos
desarrollos tácticos y tecnológicos. Entre estos últimos, y con referencia a los
ejércitos ingleses, coloca en un plano fundamental al arco largo (longbow). Es
notable la explicación, fundada en gráficos muy claros, de las razones que
transformaron al arco largo en un arma decisiva en la definición de muchas
batallas. Estamos trabajando en una presentación sobre el tema del arco largo
que publicaremos en breve.
El nuevo
éxito de las fuerzas de infantería en Europa Occidental descansaba sobre varios
desarrollos. En el caso de los ingleses, desempeñó un rol importante el
desarrollo del arco largo, de seis pies (aprox. 1,83 m ) y hecho con madera
de tejo, mucho más potente que el arco galés de cuatro pies (aprox. 1,22 m ) y de madera de olmo,
usado en los primeros años del siglo trece.
De acuerdo
con Blyth, para una fuerza de estiramiento y distancia, un arco largo almacena
un 25% más de potencia que un arco de cuatro pies. No obstante, el longbow se
estira hasta la altura de la oreja del arquero, en vez de serlo hasta el pecho,
como ocurre con el arco galés, lo que incrementa la distancia de estiramiento
en varias pulgadas.
En tanto la
fuerza de estiramiento del arco largo contrastada con la distancia de
estiramiento muestra una relación casi lineal, y la potencia total almacenada
es igual al área por debajo de esa línea, cada pulgada extra de estiramiento
agrega una mayor potencia almacenada que la precedente. Por lo tanto, estas
pocas pulgadas adicionales son de importancia relevante. En consecuencia, un
arco largo de seis pies con 28
pulgadas (aprox. 71,12 cm ) de estiramiento tiene
la misma carga de estiramiento que un arco de cuatro pies, pero tendría una
carga sustancialmente superior con su total capacidad de estiramiento, o sea
32 pulgadas (aprox. 81,28 cm ), almacenando en
total una carga que supera en un cincuenta por ciento la del arco más corto y
con menor estiramiento.
Parece
razonable conjeturar que este incremento podría representar una diferencia
entre ineficacia y letalidad cuando se trate de penetrar una armadura. Incluso
las flechas disparadas por los poderosos arcos cortos de los musulmanes durante
las Cruzadas, a fines del siglo doce, se mostraron bastante ineficaces contra
las armaduras europeas[1]. Por
el contrario, un autor medieval posterior sostuvo que “en las batallas, la cosa
más importante del mundo son los arqueros”[2]. Por
supuesto la carga de estiramiento se incrementa con la distancia de
estiramiento, por lo que el arco largo requería arqueros muy fuertes para ser efectivo[3].
Evidencias
arqueológicas muestran que algunos arqueros medievales usaban arcos largos con
una carga de estiramiento de 180
libras , y el promedio era probablemente de alrededor de 100[4]. Inglaterra
desarrolló un conjunto de fuertes arqueros a través de décadas de guerras casi
constantes contra escoceses y galeses: no es coincidencia que los arqueros de
Cheshire, considerados los mejores de Inglaterra, provinieran de los pantanos
galeses.
Los
franceses, pese a una cantidad de tentativas, nunca tuvieron éxito en formar un
cuerpo comparable de arqueros entrenados. Ciertamente, podría afirmarse que
Francia no logró incorporarse a la Revolución de la Infantería hasta
finales del siglo quince y que muchas de sus derrotas militares anteriores a la
llegada de la Revolución
de la Artillería se deben a aquel hecho.
[1] Los
musulmanes usaban arcos cortos, compuestos y recurvados, pero en tanto eran más
poderosos que los arcos galeses, la comparación es válida.
[2] El
mismo autor, refiriéndose a los arqueros del ejército burgundio en Montlhery
(1465) dijo de ellos que eran “la flor y esperanza de su ejército”.
[3] Al
no tener en cuenta la gran fuerza necesaria para usar eficazmente el arco
largo, muchos autores cometieron el error de afirmar que un soldado podía ser
entrenado para su uso con mucha facilidad.
[4] Bradbury
estimó en 50 libras
la carga típica, lo cual es una estimación demasiado baja. De ser así no habría
producido las deformaciones en los esqueletos de los arqueros hallados en los
restos náufragos del Mary Rose, un
buque de la época Tudor: brazo izquierdo más corto que el derecho, columna
vertebral desviada, achatamiento de los dedos usados para el estiramiento. Con
los 138 arcos largos encontrados en esos restos, se hicieron estudios que
muestran cargas de estiramiento de 100 a 180 libras .
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