Dicen los
historiadores…
Bajo esta
denominación iremos publicando fragmentos de diversas obras de historiadores
militares sobre temas que nos han parecido de interés para ahondar en algunos
aspectos que hacen al tema que nos apasiona.
En los casos
en que la fuente es una publicación en inglés o francés, y a menos que se
exprese lo contrario, la traducción nos pertenece. Para la mejor comprensión
del texto, hemos agregado algunas notas adicionales (*).
LAS REVOLUCIONES
MILITARES DE LA GUERRA DE
LOS CIEN AÑOS
Clifford F. Rogers
“The Military Revolution Debate”,
Editor Clifford J. Rogers, Westview Press, Boulder , Colorado ,
1995. Capítulo 3
El concepto
de “revolución militar” se introdujo por primera vez [1] en la
literatura histórica con la famosa conferencia inaugural de Michael Roberts, “La Revolución Militar ,
1560-1660” ,
en la Queen ’s
University de Belfast, unos cuarenta años atrás. Roberts propuso allí que el
arte de la guerra en los primeros años de la edad moderna en Europa se había
transformado radicalmente en el espacio de un siglo. Una revolución táctica
basada en el uso de formaciones lineales de mosqueteros entrenados había llevado
a un masivo incremento del tamaño de los ejércitos, lo cual a su vez aumentó
significativamente el impacto de la guerra sobre la sociedad. Los nuevos
ejércitos de Mauricio de Nassau y Gustavo Adolfo, más grandes y disciplinados
de lo que se había conocido hasta el momento, habían hecho posible ejecutar
planes estratégicos más complejos.
La idea de la
revolución militar se proyectó rápidamente como la “nueva ortodoxia” en la
historia militar de esos primeros años de la edad moderna * , permaneciendo casi inalterada hasta
1976, cuando apareció la obra de Geoffrey Parker “The Military Revolution, 1560-1660, a Myth?(“La Revolución Militar ,
1560-1660, ¿un mito?”). Parker sostuvo que Roberts había (a) sobredimensionado
la importancia de Gustavo Adolfo a expensas de los desarrollos franceses,
holandeses y de los Habsburgos; (b) menospreciado la importancia de la guerra
de sitio; y (c) fijado el comienzo de la revolución tal vez medio siglo más
tarde de lo que hubiera correspondido. Pese a ello, Parker concluyó que “había
fracasado al intentar dañar la tesis básica” propuesta por Roberts. Estudios
posteriores extendieron los parámetros de la Revolución Militar
aún más, con el argumento de que su significado esencial descansa en el
desarrollo de las burocracias gubernamentales que la revolución hace
necesarias.
* Debe tenerse presente
que los historiadores anglosajones dividen, por lo general, los periodos
históricos de la siguiente forma: Edad Antigua o Clásica, desde 3600 AC hasta
500 DC. Edad Postclásica, desde 500 hasta 1500 DC, comprendiendo la Edad Media,
que a su vez dividen en Temprana, desde el siglo V al IX ; Alta, del siglo X
al XIII y Tardía, siglos XIV y XV. La
Edad Moderna iría desde 1500 a la actualidad y se divide en Periodo Temprano,
de 1500 a 1750; Periodo Medio, de 1750 a 1914 y Periodo Contemporáneo, de 1914
hasta el presente. En la traducción se ha consignado, en todo caso, la periodización
habitual en nuestro medio, tanto con referencia a la Edad Media como a la
Moderna.
El siguiente
paso importante en el desarrollo de la historiografía de la Revolución Militar ,
llegó en 1988 con la publicación de Parker “The
Military Revolution: Military Innovation and the Rise of the West, 1500-1800” (La Revolución Militar :
Innovaciones militares y el apogeo de Occidente, 1500-1800). En tal trabajo,
Parker plantea la pregunta que ha venido a definir la significación de la Revolución Militar
como un fenómeno histórico: “Sencillamente,
cómo hizo Occidente, inicialmente tan pequeño y deficiente en la mayoría de
recursos naturales, para lograr compensar aquello de que carecía con un poder
militar y naval superior” y por lo tanto conquistar imperios globales que
cubrían más de la tercera parte de la superficie terrestre en el siglo diecinueve [2]. Para
contestar esta pregunta, los estudiosos del tema han contemplado en primer
lugar el periodo que siguió a la invasión de Italia por Carlos VIII en 1494,
cuando los franceses mostraron tan dramáticamente el poder de la nueva
artillería de sitio. En consecuencia, estos historiadores han establecido el
comienzo de la
Revolución Militar haciéndola coincidir aproximadamente con
el comienzo de la Edad Moderna, relacionándola aún más estrechamente con el desarrollo
de la traza italiana * y de las obras terrestres de
fortificación contra la artillería [3].
* Hacia la mitad del siglo XIV la
proliferación de cañones de sitio disminuyó la resistencia de las
fortificaciones, basadas hasta entonces en murallas desproporcionadamente
elevadas con relación a su espesor, a lo que se agregaba en muchos casos una
profundidad inadecuada de sus cimientos. La respuesta hallada fue la
construcción del sistema denominado trace
italienne basado en murallas bajas, de gran espesor, capaces de absorber
bombardeos prolongados. El diseño típico de la fortaleza era el de un
pentágono, con cada ángulo definido por bastiones, al que se añadían obras
accesorias exteriores para detectar y rechazar incursiones de los sitiadores.
La plaza además contaba con numerosos cañones. La primera de ellas fue la Fortessa da Basso, en Florencia, construida
entre 1534 y 1537. Sin
dudas, el rápido desarrollo de las fortificaciones contra la artillería durante
las Guerras de Italia, el mejoramiento de la artillería de sitio y de campaña
que aquellas produjeron y el consecuente aumento del tamaño de los ejércitos,
son factores importantes que, en conjunto, responden a la pregunta de Parker.
Asimismo, lo hacen las reformas de Mauricio de Nassau y de Gustavo Adolfo.
Pienso, no
obstante, que el enfoque en los siglos posteriores a 1500 oscurece la
importancia del periodo en el cual tuvieron lugar los más dramáticos y
verdaderos cambios en la actividad militar europea, el de la Guerra de los Cien Años
(1337-1453). Los ejércitos que dominaron los campos de batalla de Europa desde
mediados del siglo once hasta principios del siglo trece, estaban compuestos,
en especial, por caballeros feudales, aristócratas que estaban obligados a servir
militarmente por sus feudos [4].
Servían como caballería pesada, combatientes de choque, basados en la fuerza
física del hombre y el caballo, aplicada directamente en la punta de una lanza
o en el filo de una espada [5]. Con
frecuencia, luchaban para capturar y no para matar. Los ejércitos que
conquistaron los primeros imperios globales, diferían de tal descripción en
todo. Se reclutaban entre la población común (aunque con frecuencia
eran mandados por nobles); servían por una paga; luchaban principalmente a pie,
en formaciones lineales de orden cerrado, que se apoyaban más en las armas a
distancia que en acciones de choque, y luchaban a muerte [6]. La
tremenda revolución en la guerra representada por estos cambios ya se
encontraba en marcha a mediados de la
Guerra de los Cien Años y asentada sólidamente hacia el final
de la misma.
Este trabajo
demostrará que dos veces durante el transcurso de dicha guerra se dieron
desarrollos que revolucionaron la conducción de la guerra en Europa, en cada
caso con consecuencias tan significativas para la historia del mundo como las que
tuvieron lugar durante la
Revolución Militar a la que se refiere Parker (1500-1800). La
primera fue la transición que se ha señalado en el párrafo que antecede, a la
que me referiré como la “Revolución de la Infantería ”. La segunda, la “Revolución de la Artillería ”, ocurrió
cuando las armas de fuego trastocaron la superioridad, de larga data, de la
defensa en la guerra de sitio. Cada una de estas transformaciones alteraron
fundamentalmente el paradigma de la guerra en Europa, con consecuencias de largo
alcance en las estructuras sociales y políticas, y por lo tanto merecen
verdaderamente ser calificadas como una “revolución militar” en sí mismas.
Cuando
consideramos que estas dos “revoluciones” fueron seguidas en los siglos
sucesivos por una revolución en las fortificaciones (con lo cual una vez más se
alteró el equilibrio entre la ofensiva y la defensa) y por otra en la
administración de la guerra (la “Revolución Militar” original de Roberts), somos
llevados a reconsiderar si la respuesta a la pregunta de Parker puede ser una
sola “Revolución Militar”. En la última parte de este trabajo, me referiré al
tema, y propondré un paradigma alternativo basado en el concepto biológico de
“la evolución por equilibrio puntuado”. Esencialmente, sostendré que la predominancia
militar de Occidente deriva de una serie secuencial de revoluciones militares,
siendo cada una de ellas una tentativa para revertir el desequilibrio
introducido por la previa, más que una única “revolución militar”[7].
Empero, primero debemos considerar la guerra en los comienzos de la Edad Media y las dos
revoluciones que alteraron tan drásticamente su carácter durante el transcurso
de los siglos catorce y quince.
[1] Charles
Oman había introducido el concepto en su ensayo “The Art of War in the Middle Ages”, refiriéndose a la época en que
la infantería, con formaciones de piqueros y arcabuceros, asumió un rol
fundamental contra los otomanos, constituyendo “la revolución militar del siglo
dieciséis”.
[2] Todos
los participantes de la Mesa Redonda sobre la Revolución Militar
realizada en 1991 en Durham, Carolina del Norte, estuvieron de acuerdo con
respecto a lo esencial de esta cuestión.
[3] Roberts
sostiene que la
Revolución Militar “aparece
como una gran división que separa a la sociedad medieval del mundo moderno”.
[4] Predominaban
por su importancia, aunque frecuentemente no por su cantidad.
[5] En
el siglo XII muchas batallas se lucharon con caballería desmontada, aunque
existe una gran diferencia entre esta y la infantería, especialmente la
compuesta por el “común”, no aristocrática. * De aquí en más se hará referencia al
“común” o “comuneros” para designar a la clase social de burgueses, campesinos,
artesanos y en general todos aquellos que no formaban parte de la nobleza, el
clero y la oficialidad militar.
[6] Parker
apunta que esto último representaba una diferencia importante entre los
europeos y muchos de aquellos a quienes querían someter.
[7] No
intentaré dar una explicación detallada de la razón por la que este proceso de
equilibrio puntuado en la evolución militar ocurrió en Occidente y no en otra
parte del mundo. Sospecho que la respuesta tiene algo que ver con la
combinación de dos factores: 1. La estructura política fragmentada y
competitiva de Europa; 2. La orientación tecnológica hacia la solución de
problemas que apareció en Europa en la Baja Edad Media. El primero implicó la necesidad
de una innovación militar, el restante ayudó para proveer los medios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario